Entrenar sentado. ¿Es una buena opción?

Los trabajos sedentarios, los desplazamientos en transporte, el ocio delante de la pantalla de la televisión o del ordenador, dirigen nuestros hábitos diarios hacia un sedentarismo que perjudica nuestra salud.
9 de mayo de 2024

Si realizas un cálculo sencillo sumando las horas que pasas sentado en el trabajo, en el coche o autobús, comiendo, viendo la televisión o leyendo, te darás cuenta que durante la mayoría de las horas del día, tu cuerpo, permanece en la misma postura, sentado.

Cuando comemos, hacemos llegar a nuestro cuerpo el combustible que necesita para llevar a cabo las tareas diarias. Si nuestra actividad física es de muy baja intensidad, la glucosa se almacenará en nuestro cuerpo, elevando sus niveles hasta poner en riesgo nuestra salud. ¿Qué consecuencias puede tener el sedentarismo para tu cuerpo? Demasiadas y ninguna buena.

A nivel salud, una vida con poca actividad física provoca: Obesidad, con todas las consecuencias añadidas. Enfermedades coronarias. Colesterol alto. Síndrome metabólico. Diabetes tipo 2. … Y así, podría seguir un rato.

Estar mucho tiempo sentados también afecta a nuestra postura. Una musculatura se hipertrofia y otra pierde fuerza, generando descompensaciones musculares y articulares que normalmente nos producen dolor articular y muscular. Ante esto es muy importante que tus ejercicios durante una sesión de entrenamiento se realicen en diferentes planos de movimiento e impliquen varios grupos musculares.

Después de saber todo esto, decides cambiar tus hábitos y acudes al gimnasio. Empiezas el entrenamiento en bici o en máquina de remo (sentado). Continuas en la sala de fuerza y haces extensiones de rodilla en su correspondiente máquina (sentado), luego pasas a un press horizontal (sentado). Y así todo el entrenamiento.

¿Crees que es esa la actividad física que necesitas?

No quiero decir que esté prohibido hacer algún ejercicio concreto desde la posición de sentado, pero sí que tienes que ser consciente del trabajo que realizas durante el entrenamiento y buscar con tus rutinas una buena movilidad articular, aumentando tus rangos de movimiento para despertar tus articulaciones, que fueron presas de un duro castigo durante todo el día.

Es muy importante que tus ejercicios, durante una sesión de entrenamiento, se realicen en diferentes planos de movimiento e impliquen varios grupos musculares.

El movimiento es vida. Si te mueves más: quemarás más calorías, te dolerá menos la espalda y te sentirás más ágil, entre otros muchos beneficios que irás descubriendo con la práctica continuada.

Por ello, te recomiendo:

  • Intenta permanecer menos tiempo sentado durante tu jornada laboral y también en tu tiempo de ocio.
  • Haz micro-ejercicios durante el día, por ejemplo durante el tiempo de descanso en el trabajo.
  • Camina siempre que puedas: a hacer la compra, a por los niños al colegio, a por un paquete…
  • Mantén una alimentación sana y equilibrada.
  • Adapta tu entrenamiento a tu estilo de vida. Las rutinas no pueden ser iguales para alguien que trabaja sentado o para una persona cuya jornada laboral transcurre de pie.

Y sobre todo, el mejor consejo que puedo darte es que acudas a un profesional que te asesore y adapte tus rutinas a tu estado físico y tu ritmo de vida. Luego, tan solo te queda disfrutar y sentirte bien.

Iván Coujil